Quinta parte... La levedad y el peso.

 

¿El culpable se vuelve inocente cuando era ignorante de los daños que estaba causando?

Hay una historia que Tomás tenía muy presente; la de Edipo.

Un bebé abandonado y encontrado por un hombre quién se encargo de llevarlo a su Rey y este lo educó. Cuando ya era adolescente tuvo una pelea con un hombre dignatario que venia viajando en una carroza y lo venció, se quedó con su mujer y se acosto con ella. Al pasar del tiempo descubrió que a quien había  asesinado era a su papá biológico y con quien se estuvo acostando era su madre. La culpa no lo dejó vivir y se arrancó los ojos, también abandono el pueblo. Con esto llegamos a que el inocente al descubrir su culpa,  ¿debería reconocer su error y castigarse a sí mismo?

En el caso del grupo anticomunista, en el intento fallido de liberar al país de los rusos sucedió algo muy particular; se especulaba que esos gobernantes revolucionaros estaban enterados de la magnitud de problemas en el que podían meter al país entero y siguieron con su lucha, esto fue muy criticado, como era posible que acosta de toda la ciudadanía el movimiento siguió. Ahora todos eran oprimidos por la unión soviética y estaban oprimidos bajo su régimen.



La indignación del pueblo radicaba en que salieron algunos revolucionarios a rogar en la embajada rusa que su vida estaba en peligro, que los checos amenazaban su bienestar y querían cobrar venganza contra ellos. Exponían no estar enterados de las consecuencias y pedían protección por parte de los rusos... cuanta doble moralidad.

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