Un final.
Últimamente me planteo si mi vida sería mas sencilla si soltara los compromisos que según mi criterio me llevarán a lograr las metas que quiero alcanzar.
Estoy a 2 días de entrar a las dos semanas de vacaciones pero saber que tendré un poco mas de tiempo libre me da miedo. Vivir con intensa liviandad pesa más que nada en el mundo, la insatisfacción de no estar haciendo nada por ti mismo para evitar el "problema" del esfuerzo, puede consumir tu cabeza. No digo que no disfrute el tiempo libre y el ocio, pero el exceso de este puede carcomerte... al menos a mí... y a Tomás, quien ya llevaba 3 años de "vacaciones" (no ejerciendo como doctor y siendo un limpia ventanas que tenía sexo con todas su clientas). Lo chistoso de eso es que se sentía aún más cansado que cuando tenía largas jornadas de doctor, al principio creía que sería gloriosa la liviandad de trabajar en un lugar sin tanta responsabilidad como el de limpiar ventanas, pero después de tanto tiempo haciendo lo mismo NO PODÍA SEGUIR.
Ahora se encontraba tan arrepentido de haber seguido desde Zurich a Teresa, pues simplemente el no haber ido tras ella hubiera forjado una historia para él completamente diferente.
Y me pongo a reflexionar sobre lo que no nos sale como queremos, tal vez para lidiar con el peso del destino requerimos de culpar a alguien que según nosotros lo provocó, pero al final somos nosotros mismos quienes estimulamos el ruedo del camino. Creo que la clave en existir es lidiar con los pesos, liviano o pesado resistir a ellos y gozarlo. Lo que no está en nuestras manos soltarlo, y lo que sí moldearlo a nuestro modo. Me gustar vivir y que las cosas me salgan, y cuando no me salen las lidio con calma.
Gracias Maestra Mirtha.
Comentarios
Publicar un comentario